domingo, 22 de enero de 2012
SOBRE LA EDETA ROMANA
-Caldarium femenino de las termas de Mura,´Llíria (Valencia)
" LLÍRIA, PATRIMONIO DE LA ANTIGÜEDAD "
por Josep Montesinos i Martínez.
Universitat de València
Publicado en el libro: Llíria. Historia, Geografia y Arte. Nuestro pasado y presente, Coord. Jorge Hermosilla, Universitat de València - Ajuntament de Llíria, 2011, páginas 150-175.
Los restos del pasado son, para una localidad, la muestra de la travesía del tiempo, el reflejo de las formas de vida y trabajo de una comunidad en su acontecer. Hemos visto en otras páginas de este libro la importancia de la Antigüedad en el actual solar llirià. La Edeta ibérica, capital de su regio, la Edetania. Ciudad sobre el cerro, controladora de su territorio, destacando en su realidad, entre otros aspectos, por la magnífica producción vascular con decoraciones pintadas en el denominado estilo narrativo o de Llíria, expresión artística de la que se ha tratado en otro capítulo de este libro.
La entrada de la ciudad y su territorio en la órbita romana se produce fundamentalmente a partir de la Segunda Guerra Púnica, pero será mucho más específica tras la caída de Carthago Nova en 209 a.C. (ver el capítulo del Dr. Antonio Ledo). Como indica el anterior investigador en el período comprendido entre finales del siglo III y la mitad del II a.C., numerosos poblados son destruidos en el territorio edetano, fijándose la destrucción de la ciudad en el período comprendido en rre el 175 y el 150 a.C. (Bonet, 1995).
Tras la destrucción vendría, pues una ocupación del territorio por parte de Roma. La ciudad parece, pues arrasada, no obstante algunos investigadores apuntan sobre la existencia en la cumbre de un puesto de vigilancia (BONET, 1995) o una acrópolis con funciones cultuales con la localización de un pozo de depósito de ofrendas (MARTÍ FERRANDO, 1986, 157; ARANEGUI, 1997) que perdurará en el tiempo. Ello nos muestra cuán de antiguas son las pervivencias de estos lugares de culto, ante el paso de diversas culturas y religiones los lugares siguen siendo en cierta forma ‘sagrados’. Recordemos que hoy en día en este espacio se alza el monasterio de Sant Miquel.
La ciudad, importante centro político y económico de la zona desde época ibérica, contaba con vías de acceso que la comunicaban con de la costa, Valentia y Saguntum, y otras hacia los cuatro puntos cardinales de su regio Trazados que continuaron usándose durante siglos, según nos muestra los restos de carriladas sobre el camino hacia Valentia, encontrados en la zona comercial de El Osito (l’Eliana/Pobla de Vallbona).
Tras la destrucción de la ciudad ibérica, se plantea la hipótesis de identificación del nuevo hábitat con la ciudad de Lauro; no obstante los investigadores no se ponen de acuerdo al respecto, y las lecturas tanto de las fuentes como de la numismática y diversos hallazgos permiten el planteamiento de diversas hipótesis (FLETCHER, ESCRIVÁ ET ALII, 2001, pp. 18 y ss; LEDO en este mismo libro en el apartado de Edeta romana). Pero la realidad nos muestra a una nueva ciudad en el llano, en sus características totalmente romanizada. Ciudad con otras formas de control del territorio, con diferente urbanismo, pero también hábitat de una cierta importancia reflejada en sus construcciones monumentales, en los restos epigráficos de carácter honorífico y funerario, identificando su conjunto de inscripciones como uno de los más importantes del actual territorio valenciano, además de otros fragmentos de su cultura material como escultura (ver trabajo de Ana Buchón en estas mismas páginas), monedas, cerámicas…Nuestra pretensión es aportar en las siguientes páginas una aproximación a los restos, a la ciudad romana y su territorio a través de su urbanismo, su arquitectura. Hallazgos algunos antiguos y otros más recientes que permiten ir rellenando el magnífico puzle de la historia de Edeta romana. Si bien a lo largo de los tiempos se han realizado en Llíria y su entorno numerosos hallazgos arqueológicos, ha sido especialmente a partir de finales del siglo pasado cuando ha ido aumentando la documentación y los estudios arqueológicos. Esfuerzo de identificación, excavación, interpretación y estudio que nos aproximan mucho más a la realidad de esta importante ciudad romana. Con todo ello no pretendemos nada más que realizar una aproximación a dichos hallazgos y mostrar una visión de conjunto de los mismos.
Arte, epigrafía y numismática
Entre los restos del mundo romano que han llegado a nuestros días, destacan por su abundancia y significación las muestras epigráficas y las monedas. Siendo ambos elementos no solo una fuente para la investigación, sino un excelente reflejo de las formas de vida, pensamiento y trabajo de la civilización latina.
La producción epigráfica en el mundo romano es uno de los elementos más reveladores de esta sociedad. Las inscripciones tienen un gran valor histórico, social, político, económico; nos aproximan a las formas de vida, de trabajo, de muerte del mundo romano (En este sentido podemos ver el trabajo de Juan José Seguí en este libro). Pero también son el producto de un trabajo artesano, donde la componente material (la piedra), el dibujado y esculpido de las letras, la decoración (molduras, ovas, rostros…) la dotan de sumo interés para las técnicas y la expresión artística. Por una parte está la materia prima, generalmente extraída de canteras locales (caliza especialmente) y más o menos próximas en el espacio, pero también se detectan productos más caros (mármol) o más trabajados (ciertas aras profusamente decoradas). El trabajador que lo hace sobre la piedra aparece en las fuentes como artifex o también más específicamente faber, en ocasiones acompañado con la especificación del oficio concreto: marmorarius o lapidarius, quadrtatarius, serrarius. Sin embargo no tenemos excesiva información de las divisiones de trabajo y su vocablo correspondiente (ver CEBRIÁN, 2000, pp.17 y ss.). Parece ser que los que graban el texto son los scriptores. Por la documentación, la extracción social de la mayoría de los artesanos de esta actividad era de las capas más modestas de la sociedad, podían ser libres, libertos, esclavos. No obstante su condición económica y social en algunas ocasiones llegó a ser alta.
El espacio del trabajo artesanal se denomina officina, en ella podía trabajar un único artesano, o bien si la actividad era amplia un conjunto de ellos bajo el mando del propietario de la officina.
Uno de los detalles más significativos de esta Llíria antigua es la localización, hasta el momento de más de un centenar las inscripciones latinas, uniendo las que aparecieron en el espacio de la urbs y las de su territorio. La mayor parte de ellas, como es habitual, son funerarias en bloques, estelas, placas y un ara. Las inscripciones y los soportes nos muestran la existencia de necrópolis con espacio y presencia para los mausoleos familiares, hecho que también se constata por los restos de construcciones funerarias encontradas en la localidad. Dichas inscripciones se han ido recopilando a lo largo de los tiempos y hacen de la zona una de las más ricas del territorio valenciano en ese sentido, lo cual demuestra la importancia de la misma (CORELL, 2008).
La existencia de tan gran número de inscripciones honoríficas aparecidas en la urbs, además de las funerarias, junto con los restos de otros documentos como los arquitectónicos, indican la existencia de un espacio público urbano, tipo foro tanto por los restos como por la categoría de la ciudad que nos indican las fuentes (RUESTES, 2000, pp. 170-171).
Tanto las inscripciones como los restos arquitectónicos nos acercan a las necrópolis edetanas, con mausoleos junto a las vías; además de estas construcciones monumentales, otras tumbas estarían indicadas con estelas, y las más modestas cubiertas simplemente con teguale. La mayoría de las inscripciones se asientan sobre piedra local o de canteras más o menos próximas, en contadas ocasiones se utiliza el mármol para la epigrafía funeraria de la ciudad. Por ejemplo en la del matrimonio de condición servil, tal vez libertos de M. Cornelius Nigrinus Curiatius Maternus, nos referimos a los esposos: Corn(elia) Panthera y L. Lic(icinius) Nicomedes (CIL II,2/14, 156). Se trata de un producto de importación (Luni-Carrara ¿. CEBRIÁN, 2000, 71), la inscripción se haría en la localidad edetana, pero la composición decorativa y la mano que lo creó debió ser un lapidarius de origen itálico o como mínimo de formación en ese entorno (GAMER, 1989, 285; CEBRIÁN, 2000, 71, 180, 181, 233 y nota 679,). La decoración de la pieza guarda semejanza con algunas de la ciudad de Roma de finales período flavio. Es una magnífica ara rematada por cuatro acroteras y un frontón semicircular, ocupado por un águila que devora una serpiente, este motivo de lucha entre animales tiene un claro componente funerario (el águila la apoteosis del difunto y la serpiente el heros). A derecha e izquierda de la caja, dos cabezas de carnero de las que pende una guirnalda vegetal de flores y frutos; en la parte inferior de la caja una cabeza de medusa (símbolo de la inmortalidad). La inscripción en Caja rectangular rodeada por una cinta y una cima reversa.
Hemos comentado más arriba la importancia del conjunto epigráfico de la ciudad que nos muestran no pocos personajes de esta Edeta romana. Destacando entre todos ellos M(arcus).Cornelius Nigrinus Curatius Maternus, (CIL II, 2/14, 124, 125, 126 Y 127 ) personaje originario de la Edeta romana que llegó con una completísima carrera (cursus honorum) a senador consular y gobernador de Siria, fue rival de Trajano en cuanto a su proclamación como emperador (ver trabajo del Dr. Ledo). Dada la importancia del personaje y su familia, así como las frecuentes muestras epigráficas permiten aventurar su influencia en las realizaciones de la ciudad edetana (ALFÖLDY y HALFMANN, 1973; ARBORE, 1998). Como bien demuestra la inscripción de Liria que dice:
A Marco Cornelio Nigrino Curiacio Materno, hijo de Marco de la tribu Galeria, cónsul…/
Tribuno militar de la Legión XIV Gemina, elegido entre los pretores (¿) por el emperador/
César Vespasiano Augusto y por el emperador César Tito, hijo del Augusto; por ellos/
Designado para revisar los libros del censo; legado del Augusto de la legion VIII Augusta,/
Legado de laugusto en funciones de pretor en Mesia; condecorado en la guerra dácica/
con dos coronas murales, dos vallares, dos navales, dos doradas, dos lanzas lisas y ocho/
estandartes; le gado de Augusto en funciones de pretor en la provincia de Siria.
(versión: Seguí – Sánchez, 2005)
Hay otras inscripciones de carácter honorífico, identificándose los nombres y cursus de seis magistrados, además de otro personaje que perteneció a la orden ecuestre. El trabajo de J.J.Seguí permite seguir los nombres y relaciones de algunos de los más importantes edetanos de la época. El estudio de la epigrafía y sus soportes no ha permitido, hasta ahora, identificar una officina local, no obstante las peculiaridades repetitivas en el tratamiento de los textos, así como el trabajo sobre los pedestales honoríficos se aproximan mucho a la officina, o a las maneras, con las que see trabajan los restos epigráficos de la próxima colonia de Valentia (CEBRIÁN, 2000, 49-50).
Llíria ha sido rica en hallazgos numismáticos, de los cuales se han ido dando noticia en apartados anteriores. Así en 1806, 31 de diciembre, mientras se realizaba obras en el camarín del santuario de Sant Miquel apareció un recipiente con denarios de época republicana, con cronología entre 211 y 44 a.C. Es por ello que el atesoramiento ser produjo con posterioridad a la fecha de la última moneda. La ciudad ibérica ya habría desaparecido y en la parte alta del cerro se podría conservar una posible acrópolis o espacio cultual, tal como hemos indicado más arriba..
Especial importancia tiene el hallazgo numismático de la calle del Duc de Llíria. Es un conjunto de más de seis mil piezas, denarios de plata. Uno de los mayores atesoramientos localizados en la Hispania romana y una ocultación propia de los inestables momentos vividos con motivo de la guerra civil que terminó con la llegada al poder de la dinastía de los Severos, época de suma inestabilidad y que marcará el final del altoimperio (ESCRIVÁ ET ALII, 2001, 66-69).
Templo a las Ninfas.
La actual Font de San Vicente, espacio tan arraigado entre els llirians i llirianes, tiene una larga tradición que hunde sus raíces en la Antigüedad. Efectivamente, aquí desde época romana se detecta un espacio cultual relacionado evidentemente con las aguas. En su entorno han aparecido no pocos fragmentos de su acontecer en época romana, tales como restos de esculturas, inscripciones latinas, fragmentos cerámicos… (RÍOS, 1759; GONZÁLEZ SIMANCAS, 1916; TORMO, 1926, 404 y ss; MARTÍN y GIL-MASCARELL, 1969; CORELL, 2008, núm.1).
Entre estos testimonios destaca una incscripción que nos indica la existencia de un templo a las ninfas (CIL, II, 2/14, 121), dicho escrito fue hallado a finales del siglo XVIII:
“En últimos del mes de abril de este año de 1759, estando limpiando los ojos de las fuentes de esta villa de Liria los vecinos de ella a orden y dirección de Manuel Cibera, regidor, estando limpiando en la fuente que nace cerca de la que llaman el Ull Redó, persuadidos de que si se quitaban unas piedras, que avia allí, saldría el agua en más cantidad, lo executaron assi, y allaron una lápida toda escrita de la figura e inscripción siguiente:
Para que se conserbe una lápida tan antigua y que por ella se declara estar la grande Edeta en Liria, yo el Dr. Juan Picazo, rector, la hice conducir a la cassa Abadia y la hice colocar en la pared de ella al lado de la puerta…” (Libro matrículas Parroquiales de Liria de 1758 a 1769, inclusive).
(extraído de Martí Ferrando, 1972, 163-165).
Dicha inscripción , según Martí (1972, 165) responde a la siguiente traducción:
Quinto Sertorio Euporisto, sertoriano, y su mujer Sertoria Festa, desde los cimientos tal como terminado se ve, a sus expensas hicieron este Templo de las Ninfas en honor de los Edetanos y sus Patronos.
La zona relacionada con el líquido elemento se mantiene hoy en día como uno de los parajes más significativos de la localidad. Disponemos de un documento de A.Laborde en el siglo XIX, en Pl. CXVIII y la siguiente describen los hallazgos de Llíria, presentando plano y alzado de los restos, así como dibujo de diversas piezas:
A. Piedroit qui faisoit partie d’un arc de triomphe. Erigé a l’honneur de Q. Sertorius lorsqui’il remporta un avantage sur Pompée. Suivant le dire des habitants du païs, il est situé sur le chemin qui conduit a la fontaine San Vicente ou Sant Vincent qui s’appelloit jadis Nimphée. L’on pretend que la ville de Liria s’etendoit jadis jusques a ce piedroit ou l’on recconnoit effectivament plusiers restes d’arrachements de murs dans tous ces environts qui sont presentement cultivés. Il est encoré posible que ce piedroit ait serví a une des principales portes de l’antique ville; il n’existe rien plus que ce fragment.
B.Aqueduc taillé dans le roc. La qualité de pierre est assez semblable a celle qui a eté employée au Colisée de Rome qui feut retirée des environs deTivoly. Je croit que le raprochent des souspireaux qui sont en asses grande quantités ont ete faits aussy pour faciliter a retirer les deblais a mesure que les ouvriers avençoit leurs traveaux. Les souspireaux sont esparcés innegalement, Le premier qui ce trouve prés de l’entrée est a la distance de 5 pieds, le second de 10, et ceux qui suivent le sont bien davantatge. d. Souspireaux. L’entrée de cet aqueduc est a moitié chemin que l’aqueduc ce trouve taillé dans le roc, depuis l’overture jusques a la fontaine il continuait sur unterrein uni. Il passe pres du pied droit de l’arc de triomphe et a peu distance il forme la croix a fin qu’il peut distribuir ces eaux a differents cartiers de l’antique ville. La memme fontaine fournit a la Liria d’aujourd’huy et les cours passent pres du piedroit de l’autre cotté du chemin.
C. Urne qui a eté trouvée par Josef Fonbueno, prés de Liria. MABD. Reg. 64788.
(Laborde, Alexandre de, ed. 1975, Pl. CXIX)
En el entorno se localizó asimismo, un fragmento de escultura de mármol blanco representando una cabeza masculina en altorrelieve, bajo un filete y sobre una moldura semicircular (18 cm de alto por 8 de ancho y 7 de grueso). Es probable que se tratara de una pieza de escultura arquitectónica que decorara el templo de las ninfas
Las Ninfas son seres míticos, relacionados con la Naturaleza. Unas diosas que poseen habitación determinada, es decir moran en lugares concretos. En ocasiones cuevas y ríos de los montes Sípilo (Ilíada, XXIV, 614-6), o también en una gruta de la isla a la que llegan Odiseo y sus compañeros (Odisea, XII, 318 ), las montañas como se muestra Hesíodo (Teogonía, 129-130). La lírica greco-romana adjudica y sitúa diversos parajes y habitaciones para estas diosas. Pero también según la literatura homérica, como hemos indicado, en las fuentes de los ríos y los prados cubiertos de hierba como se nos muestra en los siguientes fragmentos:
“…y de cuantas ninfas habitan los amenos bosques, las fuentes de los ríos y los herbosos prados, ninguna dejó de presentarse…” (Ilíada, XX, 8).
O en la Odisea VI, 124 : “Desde aquí se oyó la femenil gritería de jóvenes ninfas que residen en las altas cumbres de las montañas, en las fuentes de los ríos y en los prados cubiertos de hierbas”
También en términos semejantes aparecen en el Himno a Afrodita, 99. Las fuentes de agua, elemento necesario para la vida de la Tierra y de la Humanidad, se divinizan a través de estas ninfas, y se antropomorfizan tomando forma femenina. Según el tipo de agua que personifiquen son: Náyades, Oceánides y Nereidas (ver BERMEJO y DÍEZ, 2002, especialmente el segundo capítulo). Entre las diversas ninfas, las relacionadas ya desde época arcaica con las fuentes son las Náyades (las que fluyen).
Las Ninfas son dadoras de agua, conceden el favor del líquido de vida. Diosas, pues, de las aguas (océanos, ríos y fuentes), pero también en otras ocasiones con la tierra, las cuevas, las montañas, los árboles, los bosques, los prados. Diosas en este caso de las aguas, presentes en Edeta a través de un templo en su hábitat, la fuente actualmente de Sant Vicent.
Santuario de Mura.
Desde el nacimiento acuífero del templo de las Ninfas partía un acueducto que llegaba hasta el espacio de la urbs, y alimentaba entre otros lugares el Santuario de la partida deMura. sin lugar a dudas es éste complejo arquitectónico, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del territorio valenciano de los últimos años. De hecho se considera uno de los centros religiosos más transcendentales hasta ahora, de la provincia Tarraconense y de la Hispania romana en general. Se trata de una gran área construida, compuesta por diversos elementos: un espacio templario de probable carácter oracular y un complejo termal doble (MARTÍN Y GIL-MASCARELL, 1969, 45-46; ESCRIVÀ y VIDAL 1995; ESCRIVÁ ET ALII, 2001, pp.31-48). Se situaba en espacio exterior a la ciudad, junto a las vías principales de acceso. Si el conjunto efectivamente tuviera carácter oracular, en él se practicarían augurios. Sería la respuesta ante las preguntas y necesidades de los ciudadanos que se acercaban al espacio cultual a informarse de cómo actuar en sus acciones vitales, en sus esperanzas, sus enigmas de futuro Las ruinas nos muestran la esplendidez del conjunto con gran número de sillares y restos arquitectónicos fundamentalmente de arenisca local, extraída de canteras próximas.
En su entorno se localizó un conjunto de materiales anteriores al santuario romano, de época sertoriana en concreto (ESCRIVÁ ET ALII, 2001, pp.18-19) que o bien forman parte de la primera documentación de la Edeta romana, o bien es un espacio de ocupación militar, a modo de campamento. Aunque también podría formar parte de un antiguo espacio sagrado ibérico y con ello el santuario romano no hizo sino continuar con ese punto cultual. El hecho de que la ciudad romana se denomine como la ibérica, denota la continuidad en la población, aunque con un cambio de espacio de hábitat, por qué no continuidad en los ‘espacios sagrados’.
Las termas dobles para higiene, salud, relación social, placer… limpieza tanto del cuerpo como del espíritu, lo que nos aporta información de la calidad de vida de los edetanos de este momento. Este conjunto de carácter público, es una muestra significativa de la importancia de la ciudad, y de su promotor o promotores, no debió estar lejos la aportación de Marcus Cornelius Nigrinus Cuaritus Maternus, el màs importante de los ciudadanos. Por los restos recuperados se observa la existencia de mosaicos, frisos, esculturas, pintura mural…
Como hemos indicado se trata de un complejo con dos espacios diferenciados: el templario y el termal. Todo ello debidamente relacionado en un espacio único. Del espacio cultual se han identificado dos templos; para sus investigadores uno de ellos es próstilo y dístilo in antis, es decir con columnas en su fachada, en número de dos y con las paredes laterales del edificio (antae) prolongadas hasta la fachada. Destaca la espectacular plataforma de losas situada delante de los edificios. El complejo cultual, como ya hemos indicado, tiene un probable carácter oracular para sus investigadores (ESCRIVÀ y VIDAL, 995; ESCRIVÀ ET ALII, 2001). Ya se ha apuntado en otro momento la posibilidad de que en ese espacio hubiera con anterioridad un complejo cultual también relacionado con el agua, incluso desde época ibérica. No se han podido aún identificar deidades o ritos concretos.
Junto al área templaria se alzan las termas. Éstas conforman un gran espacio que abarca unos 3.600 metros cuadrados, entre zona edificada, palestras y patios. Se articulan en un gran espacio cuadrangular, con las termas mayores (de los hombres) alineadas al Norte, y en el ángulo Este y Sur las termas menores (femeninas), dejando una gran patio central al aire libre en el centro.
Poseen los espacios canónicos de este tipo de establecimientos, con marcados itinerarios para la hidroterapia (ver especialmente ESCRIVÀ ET ALII, 2001, 34-48). Por la calle frente a los templos se accedía a éstas a través de una escalinata de seis escalones pétreos, llegando a un espacio de entrada que comunicaba con la basilica thermarium. En este entorno se conserva en muy buen estado el suelo a base de losas cerámicas de forma romboidal tanto en la entrada como en los pórticos de la basílica. Ésta es de forma rectangular, con espacio central porticado rodeado por un deambulatorio; para sus investigadores todo el espacio estaría cubierto y existía un piso superior. En la entrada a las termas, un pequeño espacio se ha querido relacionar con una tabernae para la venta de productos necesarios para la hidroterapia y los ejercicios físicos (aceite, ungüentos), también en las termas solían venderse bebidas y comida. Desde la basílica se puede acceder a la palestra y también directamente a la siguiente sala por una pequeña puerta en el muro. Esta sala compatimentada (de 14’70 x 6’20 metros) tiene una doble o tal vez triple función, por una parte está abierta a la palestra con un posible pórtico que da acceso a l apodyterium o sala vestidor. El frigidarium, ocupa el resto del rectángulo del espacio, es la sala destinada a los baños con agua fría; por debajo se conserva el hypocaustum, sistema de calefacción. En las grandes termas del imperio esta sala suele estar al aire libre y contaban con una gran piscina. En el caso de Mura, tiene una piscina (de 7 x 2’52 metros) con escalones.
La palestra es un gran patio para actividades físicas, 960 metros cuadrados. Al NO de este espacio se abre una natatio. Esta piscina, de 36 metros cuadrados tiene una escalera de cinco escalones, su suelo compuesto por baldosas cerámicas de forma romboidal.
Contigua al apodyterium/frigidarium, se encuentra el tepidarium, es la sala de temperatura tibia que permite preparase al bañista para el acceso a la de agua caliente. Tiene unas dimensiones de 9’30 x 6’24 metros. Al norte de ésta se localiza el praefurnium, es la sala que sumistra la calefacción al conjunto y tiene 59 metros cuadrados de superficie. El hypocastum conserva los arcos de ladrillo.
La última de las salas de estas termas, es el caldarium. Gran espacio para el baño de agua caliente. Tiene unas dimensiones de 18’90 x 7’96 m., de forma rectangular con un ábside al sur y dos aediculae en los muros laterales. Un gran alveus rectangular se situa al norte de la sala con una capacidad de 5 hl. La sala cerrada al sur por una ábside. Bajo el suelo la cámara del hypocastum conserva los arcos de ladrillo que ya hemos comentado en otros espacios.
Para sus investigadores el sistema de cubierta es a base de bóveda de cañón, con arcos de dovelas de sillares, plantean ocho arcos a lo largo de la sala; la cubierta del ábside a base de media bóveda de sillares prismáticos. En las termas romanas esta sala era la mejor iluminada y adornada, aquí se muestran indicios de vanos, junto a fragmentos de vidrio plano de cerramiento de las ventanas
El flanco Este-Sur del conjunto está ocupado por unas termas menores, relacionados con el uso femenino. La zona sur está ocupada por una palestra y la basilica thermarium (GÓMEZ ET ALII, 1991; ESCRIVÀ ET ALII, 2001, 43 y ss) . Tienen una estructura diferente a las anteriores en cuanto a su itinerario. La palestra de este conjunto tiene una stoa porticada cuyo final comunica con la basilica; entre ambos espacios una sala que probablemente se corresponde con una tabernae. La basilica de forma rectangular, con espacio central rodeado de pórtico columnado en este caso el patio estaría al aire libre.
Al primer espacio al que se accede desde la basilica es el apodyterium/frigidarium, con una aedicula lateral. La sala tiene unas dimensiones 11’9 x 6’30 metros. Una piscina cálida, de 6’70 x 5’90 metros, al SE. del conjunto a continuación de la sala antes vista, es una diferencia estructural respecto a las termas mayores. A continuación siguiendo hacia el Norte, el tepidarium, seguido del caldarium con cerramiento abisidial al igual que el de las termas mayores pero de menor tamaño, en esta ocasión con unos 100 metros cuadrados, el grande es de unos 150 metros cuadrados. La forma de solucionar las cubiertas es semejante a las de las termas mayores. La sala más septentrional ccorresponde al praefurnium. Hypocastum, fornii se localizan en el conjunto al igual que en las termas masculinas.
Estas termas sufrirán a mediados del siglo VI d.C. una reutilización del espacio de lo que fue gran santuario edetano, ya no utilizan las conducciones de agua y se reestructura el espacio templario y de las antiguas termas, apuntando sus excavadores como posibilidad la reconversión en espacio monástico, entre el que se incluye un importante conjunto de objetos litúrgicos localizado en la zona del hipocastum de las antigua termas (ESCRIVÀ ET ALII, 2001, pp. 80 y ss; ESCRIVÁ, 2005, p.269), no obstante no estando clara dicha función para otros autores (ROSSELLÓ, 2005, pp. 291 y ss.).
Mausoleos
En las afueras de las ciudades romanas se articulaban espacios para los enterramientos. Hay diversas noticias de apariciones de lápidas y otros restos que nos indican enterramientos en espacios externos a la urbs edetana, así por ejemplo la zona de Mura, Pla del Arc entre otros hallazgos (RÍOS, 1759, p. 14; MARTÍ, 1986, pp. 77, 394; ESCRIVÀ ET ALII, 2001, PP.28-30). Pero entre lo más destacado es la aparición de edificios de edificios funerarios de envergadura. La aparición de estos restos monumentales, identificados como mausoleos, nos muestran uno de los espacios mortuorios más interesantes del mundo romano hispano. En las salidas de la ciudad, a lo largo de las vías las familias más pudientes enterraban a sus difuntos en estas monumentales sepulturas que perduraban en el tiempo y mostraban a sus convecinos la magnificencia familiar, de la gens.
Fundamentalmente son dos los espacios de mausoleos localizados hasta el momento: los de la zona de las calles Sant Vicent y Duc de Llíria, los otros se sitúan en la excavación del chalet de Vives. Ambos conjuntos evidentemente en el exterior del perímetro de la urbs, junto a la vía que comunicaba la ciudad con Valentia.
El primer grupo de ellos, hoy en día magníficamente expuesto en los bajos de un edificio de contemporánea factura. Se descubrieron en 1988 tres edificios, de los que se pueden conocer mejor dos de ellos. Las plantas de los monumentos a base de opus quadratum , asentado sobre opus caementicium. Tanto el basamento como los restos aparecidos en el entorno permitieron diversas hipótesis de reconstrucción algunas de las cuales se muestran en la exposición mencionada (MARTÍNEZ ET ALII, 1989; RIVAS ET ALII, 1990; ARANEGUI, 1995; ESCRIVÀ ET ALII, 2001, pp.21-24).
Se trata de restos arquitectónicos junto a una vía de 4’50 metros; en ocasiones se situaban sobre otros más antiguos de probable cronología augústea. En el entorno de los monumentos se identificaron algunas estructuras hidráulicas. La base está escalonada, un pódium y la cámara de la incineración. El primero de ellos, el situado al norte, tiene una base de dos gradas. Dos vanos uno de entrada y otro de salida con arco de medio punto. Según las reconstrucciones, su fachada se enmarca entre pilastras con acanaladuras, con bases áticas. Delante de este edificio frente a su esquina del Oeste y en posición horizontal se localizó una inscripción de sumo interés, que bien ocupa su lugar original o bien es producto de una reutilización de otro monumento. Sobre dicha losa se inserta en una cartela de tabula ansata se puede leer:
P•CLODIUS
EVTYCHVS
SIBI•
•ET CLODIAE
NATALI••VXORI
CARISSIMAE
El conjunto tuvo un cancel o puerta, del que se conservan los orificios de instalación así como restos de hierro de la misma.
Al sur de este edificio otro también de planta rectangular. Se trataría para sus investigadores de una construcción diferente a la anterior aedicula cerrada de estructura turriforme,, base escalonada de tres gradas y sobre éstas una construcción de 2’60 m. de anchura con sillares. Cámara interior, probablemente con cubierta curva descansando sobre los muros laterales más gruesos que los de la fachada. Al interior pavimento de opus signinum y restos de una inscripción. En el centro el conditorium, cubierto por una losa con orificio central. En el interior del mausoleo se recuperaron diversos fragmentos de objetos entre los que destacan vidrios, un anillo de oro y una moneda del emperador Tito. Asimismo se localizó en el entorno una figurita de Eros . Este monumento funerario turriforme es semejante a otros, los más próximos se localizan en la misma fachada mediterránea hispana como los de la zona valenciana en Daimús y villajoyosa, además de los de la zona catalana Escipiones, Villablareix y Breny (CID, 1950 y 1950a; ABAD – BENDALA, 1985).
Entre la piedra utilizada en los monumentos fiunerarios vestá la de caliza de color gris. Probablemente de la cantera de Alcublas: calizas de color gris oscuro, de tonalidades azuladas y vetas de cuarzo blanco. Cantera alcublana de larga utlización a lo largo de nuestra historia y que ha abastecido desde la antigüedad a su entorno: Edeta, Valencia… (sobre procedencia lítica ver CEBRIÁN, 2000, pp. 70-71).
Otros lugares de necrópolis se han localizado en el denominado chalet de Vives. La zona está conectada con los anteriores y consecuentemente con el espacio funerario en los márgenes de la vía (ESCRIVÀ ET ALII, 2001, 24-28). En dicho lugar en la zona NE se localiza una construcción de sillares tal vez con escalonamiento, por lo que sus investigadores plantean la posibilidad de que se trate de la base de una mausoleo semejante a los anteriores. En la parte posterior, un recinto rectangular a cielo abierto. En el interior de este espacio diversos enterramientos con una amplia cronología, desde incineración a inhumación, con diversos restos de ajuar. Se trataría de un conjunto que asocia un gran mausoleo con otro espacio de enterramiento todo en un entorno familiar o de gens. Nos encontramos, pues ante uno de los conjuntos funerarios rescatados más importantes de esta parte del Imperio.
Mosaico de los Trabajos de Hércules
Esta magnífica obra de arte es sin lugar a dudas una de las piezas romanas más importantes de la localidad. En un área residencial de la antigua Edeta romana se encontraba, adornando el suelo de una habitación, el Mosaico de los Doce Trabajos de Hércules, los Δωδέκαθλο en griego, hoy admirado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue descubierto en 1917 por Antonio Porcar en su finca, en el entorno del Pla de l’arc (Martí ferrandoartí, 1986). Fue estudiado por Lippold (1922) y Antonio Balil (1978) (ver también BLÁZQUEZ, 1989). Se trata de una obra artística de primera magnitud que desgraciadamente fue vendida al MAN en 1941 (FERNÁNDEZ DE AVILÉS, 1947, 113 y ss.). El mosaico se encontró en una de las habitaciones de la casa. En el entorno aparecieron dos inscripciones: FABIAE/PIERIDI/FABIA/ CROCALE/ FILIAE ET SIBI; y la otra …TABUSQ… (Martínez Ferrando, 1986).
El mosaico, opus tessellatum, tiene una longitud de 550 cm y una anchura de 450 cm. (MAN, número inventario 338315 BIS) Las teselas tienen una longitud máxima de 1’3 cm, y una mínima de 0’7, variando su tamaño según las necesidades en el detalle de la representación.. Las teselas son de caliza (amarillo, ocre, rojo, rosa, gris, negro y blanco) y pasta vítrea azul y verde. La cenefa está ocupada por una voluta ondulada vegetal, de hojas de hiedra, que enmarca todo el mosaico. Al interior una parte está ocupada por decoración geométrica de triángulos contrapuestos, dos blancos y dos negros. En la otra parte una composición de cuadro central rodeado de otros doce de menor tamaño. La narración nos muestra diversas hazañas de Hércules, centradas en sus Doce Trabajos.
Hércules (Ηρακλής) es el héroe más conocido de la mitología clásica, sus hazañas en diversos ciclos muestran un sinfín de narraciones. Hijo de Anfitrión y Alcmena, aunque su verdadero padre es el mismo Zeus (de ahí los celos de Hera y su persecución al héroe). Su nombre original era Alcides Su poder físico le granjeó fama y envidias, así como el temor y admiración de los demás griegos. Y de una parte de sus hazañas nos da muestra el extraordinario mosaico localizado en Llíria. Los trabajos de Hércules es una narración y representación recurrente en el mundo clásico. Homero hace referencia a las ‘fatigas ’ de Hércules (Ilíada. 8.362-369; 5.638), . Su representación en las metopas del templo de Zeus en Olimpia y sobre otros soportes, siguen una composición más o menos ordenada, lo que n osucede en el caso de Llíria.
El cuadro central, enmarcado por línea de ovas, está ocupado por las figuras de Hércules y Onfala. Los circundantes por: León de Nemea (Trabajo I), hidra de Lerna (II), toro de Creta (VII), manzanas del Jardín de las Hespérides (XII), las yeguas de Diomedes (VIII), los toros o bueyes de Gerión (X), limpieza de los establos de Augias (VI), captura de Cerbero (XI), el jabalí de Erimanto (III), cinturón de la reina Hipólita (IX), la cierva de Cerinea (IV) y los pájaros de Estinfalia (V). Si bien los ‘trabajos’ se reconocen en número de doce, para otros autores como Apolodoro (Biblioteca, II, 4, 12) sólo hay diez. En época helenística se fija el cánon de estructuración de los ‘trabajos’, así en dos bloques de seis: el primero son hazañas que suceden en el territorio del Peloponeso, el otro bloque en diversos lugares como Creta, Tracia, Escitia, las Hespérides, el Occidente, el Infierno (GRIMAL, 1997, 242 y ss). Dicho orden no es seguido por el mosaico de Llíria como iremos viendo a continuación. Los trabajos de Hércules contienen además numerosas hazañas accesorias o parerga. Es complejo seguir una narración ordenada de las hazañas a la vista de las diversas fuentes que dan noticia (especialmente Eurípides, Sófocles, Virgilio, Ovidio, Séneca) (ver RUIZ DE ELVIRA, 1995, 218-239).
Los Doce Trabajos de Hércules, los llevó a cabo el héroe por orden de su primo Euristeo. Este último era incapaz de estar a la altura de su pariente a pesar de haber nacido antes, y por ello Hércules estaría por debajo de él. Son diversas las versiones que se dan de este sometimiento, para Eurípides (Heracles, 15 ss.; tragedia datada entre 420-414 a.C.) ante el deseo de volver el héroe a Argos, Euristeo le puso como condición la realización de diversos trabajos. Existe otra versión del poeta helenístico Diotimo quien indica el amor homosexual entre ambos, y el sometimiento voluntario del héroe ante su primo La interpretación más aceptada indica que dichas obligaciones le son impuestas con motivo de la expiación por el asesinato de los hijos que había tenido con Mégara. Hércules recibe la orden de ponerse a disposición de su primo tras la visita al oráculo de Delfos. La pena debe durar doce años y durante este tiempo tiene que librar al mundo de diversos monstruos. Una vez realizadas todas las hazañas podría optar a la inmortalidad. En el momento de este oráculo también se le cambia el nombre de Alcides por el de Hércules (la gloria de Hera).
El mosaico de Llíria tiene como escena central la imagen de Hércules y Ónfala. El héroe aparece en pie con indumentaria femenina, un largo manto lidio, y sujetando un ovillo de lana; por el contrario Ónfala (Ομφάλη) aparece con la piel del león de Menea y la maza de madera de olivo todo ello propio de Hércules. Ónfala (GRIMAL, 1997, 388) es la reina de Lidia hija del rey Yárdano. En dicha corte real Hércules permaneció un tiempo como esclavo. El episodio con Ónfala es posterior en la cronología mítica a los Trabajos. Refleja uno de los más conocidos ‘travestismos’ de la mitología clásica (motivos iconográficos de este intercambio de ropajes y atributos se pueden observar en LIMC, 1984, especialmente 14-42). Es un motivo bastante tardío en las narraciones, aparece en la Heroida IX de Ovidio (vv.53-58), entre otros (ver RUIZ DE ELVIRA, 1998). El motivo de la esclavitud del héroe viene dado porque Hércules había dado muerte en un enfrentamiento a Éurito y sus cuatro hijos entre los que se encontraba Ífito el cual pretendía recuperar las yeguas (o bueyes) que según acusaciones había robado Hércules. La complejidad de esta última parte del mito (hay diversas versiones), nos muestran las frecuentes locuras del héroe que lo hacen actuar violentamente. El héroe apesadumbrado por su asesina acción peregrina al santuario de Delfos para preguntar a la Pitia (pitonisa del oráculo) sobre la forma de purificarse, pero esta se niega. Hércules en otro acceso de locura comienza a saquear el santuario de Apolo; el dios se enfrenta a Hércules y la cosa no llega a más por la intervención de Zeus. La Pitia decide por fin revelar el oráculo indicando que para su purificación debería venderse como esclavo durante tres años. Con este motivo el héroe entra al servicio de la corte de Yárdano. Después de este período de esclavitud Hércules volverá a Grecia, y si bien aún realiza algunas hazañas pronto morirá. El tema de la expiación es algo recurrente, ya lo había hecho, tal como hemos visto más arriba, con motivo de la matanza de los hijos que había tenido con Mégara; en esa ocasión también va al santuario de Delfos para consultar el oráculo sobre la forma de purificación ante tan horrible crimen. Se trata en suma, dentro del pensamiento mítico griego, de mostrar las ‘pruebas’ a las que debe someterse el ‘hombre’ con el fin de dominar las pasiones. De todas maneras, Hércules en este sentido y a lo largo de su vida y hazañas tiene “una ambigua relación con su propia capacidad para la violencia, ya utilizándola en provecho de la humanidad, ya para su propia destrucción y la de otros ” (BUXTON, 2000, 82).
Veamos a continuación los diversos cuadros que rodean esta escena central:
El primer trabajo es el del ‘León de Nemea’. Animal que devoraba hombres y animales en dicha región. Vive en una cueva de doble entrada; al principio Hércules le lanza flechas, pero es invulnerable. Posteriormente lo amenaza con su maza obligándole a entrar en la cueva y taponando una de las salidas, una vez dentro y acorralado lo asfixió. El héroe lo desolló, revistiéndose con su piel y utilizando su cabeza como casco, conformando a partir de este momento una de las imágenes del héroe. Llevó el león a Micenas donde Euristeo quedó tan impresionado que ordenó que a partir de entonces no entrara en la ciudad a dejar el botín de sus hazañas. La imagen representa el momento final del león, el héroe en pie a la izquierda lo sujeta en un abrazo de muerte, el animal apoyado en tierra sobre sus patas traseras a punto de sucumbir asfixiado a manos de Hércules. Sobre ellos aparece la maza, una de las armas del héroe, de la cual se dice que la fabricó de un tronco de olivo silvestre en Nemea, en Helicón o en el golfo Sarónico. Zeus colocó el león entre las constelaciones.
El segundo trabajo es la muerte de la ‘Hidra de Lerna’. Monstruo criado por Hera para probar a Hércules (la diosa aparece en no pocos de los problemas del héroe). Es una serpiente de varias cabezas, según versiones desde cinco hasta cien, incluso algunos indican que se trata de cabezas humanas. El aliento que salía por sus bocas era mortal para los humanos; el monstruo arrasaba la región y Hércules para combatirla comenzó como en la hazaña anterior con flechas, en este caso encendidas, en otras versiones secciona sus cabezas con una harpe, se trata de un arma cortante que también utilizaron entre otros Mercurio para matar a Argos y Perseo para matar a Medusa. Ante cada cabeza que iba cortando Hércules surgía una nueva, es por ello que está con el héroe su sobrino Yolao quien le ayudaba quemando un bosque y aplicando los tizones en la carne de la herida para impedir la regeneración de las cabezas. En la lucha aparece también un cangrejo gigante que muerde al héroe en el talón, pero al fin dio muerte a ambos. En el mosaico aparece Hércules con los atributos que había conseguido en la primera hazaña, así lleva la piel del león y la maza en la mano con la que golpea al monstruo, si bien en la narración más generalizada no golpea sino que corta las cabezas de la hidra, como ya hemos visto. El monstruo de forma serpentiforme tiene siete cabezas en esta ocasión. Apolodoro (Biblioteca, II, 5, 2) indica que Euristeo al enterarse de que ha obtenido ayuda de su sobrino, se niega a reconocer este ‘trabajo’ y por tanto no contaría en el cómputo.
El tercer cuadro del mosaico corresponde a la representación del ‘Toro de Creta’, en realidad según la ordenación helenística correspondería al trabajo número 7. El toro y Creta, una relación mitológica trascendente, así en toro se trasmutó Zeus para raptar a Europa y llevarla a la isla, toro también del que se enamoró Pasífae la esposa del rey Minos, pero también toro surgido de las aguas al cual Minos aparta para su propio ganado, ante el enojo de Posidón por no sacrificárselo. Sea cual sea el origen del mismo, el caso que el bello animal transformado en furibundo monstruo arrasa cuanto encuentra a su paso. Hércules se traslada a la isla y da caza a la bestia, transportándolo posteriormente a Grecia. Al recibirlo Euristeo lo quiso dedicar a Hera, pero la diosa lo rechazó pues no quería aceptar nada que procediera de Hércules.
La cuarta representación en el ángulo inferior derecho del mosaico, reproduce la hazaña de las ‘Manzanas de oro de las Hespérides’. Para la ordenación mítica helenística es éste el último de los ‘trabajos’, el número 12. En las proximidades del monte Atlas existía un jardín donde Hera mandó plantar las manzanas que le habían sido regaladas con motivo de su boda con Zeus; el lugar estaba protegido por un dragón de cien cabezas. También preservaban dicho paraíso tres Ninfas del atardecer, del color del cielo en el ocaso (del oro), son las Hespérides cuyos nombres son: Egle, Eritia y Hesperaretusa. El motivo de tanta protección era que las hijas de Atlante solían ir a dicho lugar a despojarlo de sus maravillas. Sobre la localización del jardín hay diferentes versiones, algunas lo sitúan en el Occidente. Hércules inicia un complicado viaje para encontrar el lugar. En el desarrollo del itinerario suceden diversas hazañas como la liberación de Prometeo de su castigo, Existe la versión de que Hércules utiliza a Atlante para conseguir las manzanas, en otras es directamente el héroe el que se hace con ellas matando al dragón. Ante dicho robo las Hespérides se transformaron en árboles (olmo, sauce y álamo respectivamente). Hércules llevó las manzanas a Euristeo el cual se las devolvió, y el héroe se las ofreció a Atenea. La diosa las restituyó al jardín. El dragón fue transformado en constelación, la de la Serpiente. En la representación del mosaico aparece a izquierda Hércules con su piel de león y maza tomando con su mano izquierda las manzanas del árbol; contemplan la escena horrorizadas las tres Hespérides (Egle, Eritia y Hesperaretusa).
El siguiente cuadro representa la hazaña de las ‘Yeguas de Diomedes’, es el trabajo número 8, aunque aquí aparece en quinto lugar. Diomedes, rey de Tracia, disponía de yeguas que comían carne humana. Hércules parte hacia Tracia y hace que las yeguas devoren al rey, una vez saciadas se dejan conducir por el héroe. En el cuadro el héroe aparece a izquierda dominado a los animales, el de la derecha aparece encabritado y el de la parte inferior al galope volviendo la cabeza hacia su hermana.
El cuadro número 6 corresponde a los ‘Bueyes de Gerión’. Es el trabajo número 10. Gerión posee manadas de bueyes en la isla de Eritia, en el Occidente extremo; es un ser gigantesco de tres cabezas y cuerpo triple hasta las caderas. Guardan sus rebaños el pastor Euritión con un perro monstruoso llamado Ortro. Euristeo encomienda a Hércules que le traiga los bueyes de Gerión. Para ello el héroe debe atravesar todo el norte de Africa, así como el océano, para ello le pide ayuda al Sol quien le deja una ‘copa de oro’ para atravesarlo. Llegando a Eritia mata al perro de un golpe con su maza, también al pastor Euritión. Acude Gerión al que se enfrenta en el río Ántemo, y es abatido por las flechas del héroe (el arco y las flechas le habían sido concedidas por Apolo). Embarca los animales en la ‘copa de oro’ y pasa a Tartesos. En recuerdo de su paso por Tartesos erige dos columnas a ambos lados del actual estrecho de Gibraltar. Tanto en el viaje de ida como en el de vuelta le suceden numerosas hazañas. Regresa por las costas de España, pasa a la Galia, Italia, Sicilia, antes de llegar a Grecia. No llega todo el rebaño a Euristeo, por las diversas vicisitudes de tan complicado camino, pero los bueyes que llegan son sacrificados a Hera. El héroe es representado aquí de perfil con los mismos atributos que en los cuadros anteriores, frente a él Gerión, el ser triple; si bien en la narración se habla de ser triple hasta la cadera, tres cabezas y tres cuerpos, en el mosaico tiene las extremidades al menos en número de cinco. El gigante se protege con un escudo redondo con umbo, y se toca con un casco con cimera en forma de animal, tal vez representando a los bueyes.
En la esquina superior derecha, contemplando el mosaico hacia la posición del cuadro central, se representa la hazaña de los ‘Establos de Augias’, correspondiente al trabajo número 6. Es el rey de la Élide en el Peloponeso. Este monarca disponía de grandes establos para guardar a sus numerosísimas cabezas de ganado. No obstante no los cuidaba y el estiércol se había acumulado. Por lo tanto surgían dos problemas: la insalubridad de dichos establos y la falta de abono para las tierras. Euristeo humilla al héroe encomendándole la limpieza de dichos establos. Con Augias el héroe pacta que si los limpiaba en un día obtendría su premio (para unos mitógrafos una parte del reino, para otros parte de los rebaños). El héroe se pone a la tarea y para ello desvía el curso de dos ríos hasta el patio de los establos con lo que logra limpiar e higinizar el lugar. Pero Augias no cumplió con su parte del pacto. Según Apolodoro (Biblioteca, I, 9, 16) este trabajo tampoco contó para Euristeo, puesto que Hércules había pedido salario, o compensación, por su trabajo. En la imagen el héroe aparece en pleno trabajo con la herramienta en sus manos que levanta por encima de su cabeza, a sus pies la maza de madera ahora inservible, frente a él el curso de uno de los ríos que fluye en forma de surtidor desde las rocas sobre un recipiente.
La siguiente figuración contempla la ‘Captura del can Cerbero’. Se trata del undécimo trabajo, y en él debía traer a su primo, desde los Infiernos el perro Cerbero que vigila la entrada e impide la salida de los muertos. La representación más generalizada de este monstruo lo hace aparecer con tres cabezas de perro, un solo cuerpo y una cola con dardo venenoso, en el lomo numerosas cabezas de serpiente. Es un encargo verdaderamente difícil, pues el acceso al más allá era muy peligroso, y con la probabilidad de no poder regresar. Zeus manda a Hermes y Atenea que le inicien en los ‘misterios’, de Eleusis, necesarios. Hércules accede por la Boca del Infierno, los muertos huyen espantados, solo se quedan la Gorgona Medusa y Meleagro, quien se le acerca y le narra su final, el héroe queda conmocionado y le promete casarse con la hermana de éste, Deyanira. Se encuentra en su recorrido con diversos héroes, a algunos de ellos los libera. Por fin ante Hades le solicita llevarse al perro, el dios acepta con la condición de que debe conseguirlo sin recurrir a sus armas. El héroe se apodera del can sólo con sus poderosos brazos. Lo lleva ante Euristeo, el cual horrorizado se esconde en su tinaja. Hércules devolvió el can a Hades. En alguna versión mítica, este mismo can junto a Ortro son los guardianes de los bueyes de Gerión. En la figuración del mosaico el héroe lleva la piel del león y la maza en su mano derecha, con la izquierda toma la cuerda con la que conduce el perro. Éste asentado sobre sus patas traseras, se muestra con tres cabezas y su cola, no aparecen las cabezas de serpiente sobre su lomo. La entrada, o mejor la salida, de los Infiernos está representada por una especie de arco rocoso.
El ‘Jabalí de Erimanto’ es el trabajo número 3. Hércules logra con sus gritos que saliera de su charco, persiguiéndole durante un largo trecho hasta cansarlo, entonces lo cargó y lo llevó a Micenas. Euristeo horrorizado al verlo se escondió en su tinaja, o escondite que utilizará en diversos momentos de las hazañas. En la imagen se observa al héroe cargado con el jabalí y Euristeo en su escondrijo elevando los brazos aterrado.
En la esquina superior izquierda se muestra el trabajo número 9, el ‘Cinturón de Hipólita’. Es la reina de las Amazonas. En este trabajo interviene la hija de Euristeo, Admete, quien caprichosa desea el cinturón de las reina de las Amazonas. Es un cinturón dado por Ares como muestra del poder de la monarca. En esta ocasión el héroe embarca con varios compañeros en la aventura, llegando al país de las mujeres guerreras. Su reina de buen grado quiere ceder el cinturón a Hércules, ante ello Hera enojada fomenta el enfrentamiento entre los compañeros de Hércules y las Amazonas. Hércules sintiéndose traicionado, mata a Hipólita. Tanto en el viaje de ida como en el de vuelta suceden numerosas aventuras. En la escena figura el héroe quien toma a la reina, que cabalga sobre su caballo, por los cabellos para propinarle el golpe mortal con su maza, escena de gran tensión y violencia motivada por el engaño de Hera.
El penúltimo cuadro, el 11 siguiendo el orden del mosaico, pero el trabajo número 4 siguiendo el orden canónico es el de la ‘Cierva de Cerinea’. Esta cierva se encontraba en la región de Énoe. Monstruo de gran tamaño y que asolaba los campos. Hércules le estuvo intentando dar caza durante un año. En el río Ladón en la Arcadia, la hiere con una flecha y logra apoderarse de ella. Pero de regreso se topa con Artemis y Apolo, quienes consideran a la cierva de su propiedad, además de ser un sacrilegio darle muerte. Hércules se defiende narrando las obligaciones que le ha impuesto Euristeo, los dioses entonces le permiten llevarse el animal. En la escena el héroe aparece tomando al animal por la testuz y el hocico con tal de dominarlo una vez herido.
El último de los cuadros representa los ‘Pájaros de Estinfalia’, es el trabajo número 5. Estas aves vivían en un espacio donde se combinaba una espesa vegetación y zona lacustre de la Arcadia. Eran tantas que se habían convertido en una verdadera plaga. Para conseguir que salieran de la espesa selva, Hércules recurre a unas castañuelas de bronce, las cuales producen tal sonido que las aves salen espantadas de la foresta, es entonces cuando el héroe una a una las va derribando con sus flechas. En la imagen de Llíria el héroe tensa su arco para lanzar el dardo, frente a él tres aves caen abatidas,; a los pies de Hércules reposa en tierra la maza.
La extraordinaria pieza musivaria utiliza en ocasiones la perspectiva jerárquica en la representación, el logro de volúmenes mediante claros y oscuros. Nos representa al héroe en los diversos momentos de sus fatigas, sin seguir obligatoriamente el orden en el desarrollo del mito como hemos indicado. La disposición del conjunto, Hércules con Onfala y todo ello rodeado por los ‘trabajos’, es muy semejante al esquema del relieve borgiano del Museo de Nápoles (Balil, 1977, 31). Otros ejemplos de estos trabajos en una composición próxima lo observamos en el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna, el relieve del Palacio Ducal de Mantua y el relieve de Torlonia. En un esquema de los talleres artesanos de Asia Menor a partir del último cuarto del siglo II d.C. Modelos que a través de otras piezas y dibujos debió inspirar al taller del mosaico de Liria.
Tanto por el tema geométrico del mosaico, como por las ovas que rodean el cuadro central, asi como los paralelismos iconográficos inducen a Balil a situarlo en período Severiano, siglo III d.C., siguiendo modelos cronológicos propuestos por Lippold (1922).
Hèrcules es una figura que goza en la península de una larga tradición, desde el Melkar de Gadir, que con el paso de los tiempos se sincretiza en el Hércules griego, con su templo correspondiente(Herakleion), el mosaico de Cártama ya visto, en Itálica ocho lastras con los ‘trabajos’ (García y Belllido, 1963), y una numerosa representación del semidios en escultura No es extraño, pues, que en la zona del estrecho aparezcan numerosas estatuillas de Hércules, las hay en Carteia, Ceuta, Volubilis, Alcazarseguer, Itálica. También hay en otros lugares de la península como Támara en la provincia de Palencia, y también en la zona valenciana disponemos de pequeños bronces del héroe como el de La Jana en la provincia de Castellón y el de la Punta de l’Illa en Cullera (MONTESINOS, 2001, 174-177).
Los ‘trabajos ’ reflejan el impulso y la necesidad de autorrealización; su fuerza se materializa en las sucesivas hazañas. Todo curiosamente a través de la purificación mediante la servidumbre: “ La figura del siervo es la que, por lo general conduce a la epifanía propiamente dicha del héroe semidivino… y finalmente en una verdadera apoteosis alcanza la dignidad de un filius sapientiae (hijo de la sabiduría) ” (JUNG y KERÉNY, 2003, 116).
Tanto el motivo general, los los Trabajos de Hércules, como el cuadro central reflejan pues el sometimiento para la purificación, siguiendo la directriz oracular. Son las ‘pruebas del alma’, la expiación y el sometimiento de las pasiones del cuerpo para adquirir la pureza y la justicia, caminando hacia la apoteosis final, en suma el mensaje de todo el ciclo heróico de los ‘trabajos’, tal como lo muestra el mosaico de Llíria. ¿Refleja esto último una relación con la proximidad del posible santuario oracular de Mura?, evidentemente no podemos realizar tal afirmación sin más datos que la evidencien, pero con todo la posibilidad es sugerente.
Desde luego lo que sí queda demostrado es que el propietario de la domus, tuvo un gusto exquisito en la elección del tema y el taller artesano que lo llevó a cabo una técnica y gusto artístico admirable. Un tema hunde sus raíces en lo más profundo y temprano de la mitología griega, de la cual Roma se siente en parte heredera.
Llíria aqueológica
Son otros muchos los hallazgos testimonio de esta Edeta romana, vamos a aproximarnos a algunos de los más significativos antes de finalizar este apartado. Por ejemplo un grupo de pozos, en el exterior de la urbs, al norte del lugar donde apareció el mosaico. Para sus investigadores forman parte de una serie de acciones rituales propiciatorias para los dioses agrarios. En su interior se han localizado numerosas piezas cerámicas (con cronologías desde el siglo I al III d.C.), así como restos de animales, todo ello producto del banquete ritual (ESCRIVÀ, 1995; ESCRIVÀ y PASIES, 1997); otros pozos aumentan la cronología de uso del espacio ritual hasta principios del siglo V d.C. (ESCRIVÀ ET ALII, 2001, 74).
Las excavaciones de la denominada Casa del Tresor, (ESCRIVÀ ET ALII, 2001, 66-70), en la calle Duc de Llíria, ha permitido vislumbrar parte del hábitat de la ciudad. Se trata de un edificio cuyos inicios los sitúan sus excavadores a finales del siglo I d.C. Un patio central con impluvium estructura el edificio, alrededor un pórtico desde el que se accede a las diferentes alas de la domus. Una de las habitaciones destaca al estar realizada con sillares, en su interior se localizó una jarra enterrada que contenía monedas de época imperial. La ocultación debió de producirse a finales del siglo II d,C. Es un verdadero ‘tesoro’ de más de 400 denarios de plata. Para sus excavadores plantean la hipótesisde tratarse de un edificio público relacionado con el Santuario de Mura.
La importancia de la ciudad, sus obras monumentales, sus actividades comerciales, necesitan del trabajo de sus habitantes. Así se desarrollaría la agricultura, la ganadería, así como diversas producciones de tipo artesanal que cubrieran las necesidades tanto de los edetanos como de su entorno. De sumo interés ha sido la localización de un centro alfarero en Rascanya. Se situaba junto al trayecto de Líria a Benissanó (junto a la autovía). Se identificaron cuatro hornos alrededor de un patio, así como diversas dependencias del complejo, incluída parte de una zona probablemente residencial (ESCRIVÀ EET ALII, 2001, 76-78). Otro horno de alfar se localizó en la zona del chalet de Vives (ESCRIVÀ ET ALII, 2001, 79-80).
Otros ejemplos de arquitectura romana los podemos localizar en la imagen ya clásica del Molló, en el denominado precisamente Pla de l’Arc, sillares de mármol con sus tres metros de altura se corresponde probablemente con los restos de un arco?
Otros restos son los identificados en la calle Sant Miquel. Su excavador (F. Martínez) identifica el espacio como el perteneciente a la zona de almacenamiento o de cocina de una villa rústica. Por los hallazgos de materiales (monedas y cerámicas), el edificio está en uso entre los siglo I y III-IV d.C. Otros autores ponen este hallazgo en relación con el de la Casa del Tresor y por lo tanto no lo identifican como villa rústica (ESCRIVÀ ET ELII, 2001, 70).
La realidad es que las excavaciones e investigaciones de los últimos años han ido avanzando en la conformación del paisaje de lo que debió ser la Edeta romana. Una ciudad de pequeña extensión, con una serie de construcciones periurbanas notables, unos ciudadanos que rezan a sus dioses/as, que entierran a sus difuntos junto a las vías y en ocasiones en mausoleos monumentales, un ager con villas…
Llíria nos muestra una realidad, un esfuerzo de investigación, de recuperación de su rico Patrimonio Histórico. Eso es lo que vemos al aproximarnos a la ciudad, a la investigación de su pasado. Hoy en día no sólo se excava e investiga, sino que se pone en valor unos espacios arqueológicos magníficos (los yacimientos ibéricos, los mausoleos, el santuario…), conformando unos itinerarios culturales y turísticos que dotan a la ciudad de una oferta de primera magnitud dentro del panorama valenciano.
Y para finalizar este apartado, queremos aportar una imagen. Existe un pequeño fragmento de Anacreonte, citado por Hesiquio, quien indica y llama a Samos: “ciudad de las Ninfas”, por lo bien y abundantemente alimentada e irrigada por el agua se encontraba (PMG, 448, DÍEZ PLATA, 1996, 233; BERMEJO y DÍEZ, 2002, 307). En nuestra Edeta romana se hacen presentes las Ninfas en la Font de Sant Vicent, allí se les dedica un templo, aparecen en las inscripciones, el agua es conducida a la ciudad, alimenta el santuario termal, se detectan nacimientos en el entorno… El agua, el agua, el agua. Con el tiempo, y partiendo de lo que hay, avanzando las investigaciones, conforme se produzcan nuevos hallazgos, ¿podremos atribuir un nuevo adjetivo a la ciudad? Al igual que Samos es la del oriente mediterráneo, a Edeta ojalá pudiéramos denominarla la ciudad de las Ninfas del occidente.
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